lunes, 28 de julio de 2008

Gastón para todo el mundo


Sería injusto pensar que la creciente influencia de la cocina peruana allende sus fronteras es simplemente un producto de la tesonera labor de Gastón Acurio, hoy por hoy sin duda alguna su más exitoso empresario de la restauración y también el de mayor exposición mediática.

Pero habría que ser muy mezquino para negar que él ha delineado mejor que nadie los fundamentos, las condiciones y los proyectos de negocios necesarios para conferirle a la cocina peruana el lugar que se merece en el escenario internacional, aunque no fuera más que por la riqueza y consistencia de las tradiciones alimentarias que le dan sustento.

Obviamente, su trabajo ha sido posible por la conservación de acendrados hábitos de producción, preparación y consumo de los alimentos tradicionales en el seno de la mayoría del pueblo peruano, evidente no tan sólo en sus mesas domésticas sino también en la mesa pública, motivo por demás de un justificado orgullo que no es común encontrar en países como los latinoamericanos, tan expuestos durante siglos al desprecio y minusvaloración de sus manifestaciones culturales populares.

Asimismo, es también el heredero de la labor pionera de cocineros como Isabel Álvarez Novoa en su restaurante Señorío de Sulco, quien desde hace más de dos décadas viene dando invalorables lecciones de coherencia en su trabajo de rescate de productos, técnicas y recetas de la cocina del Perú profundo, como a ella le gusta decir.

En cualquier caso, además de algunos de los mejores (y más hermosos) restaurantes de comida peruana fuera de su país de origen, a la cuenta de Gastón Acurio debe abonársele también una buena parte del actual estímulo que muchos jóvenes cocineros y empresarios de la restauración de América Latina deben estar sintiendo para tentar la suerte con sus cocinas tradicionales en el mundo globalizado.

Y, por lo menos a juzgar por lo que hemos podido degustar en su restaurante de Caracas (otro "Astrid y Gastón"), con una propuesta que lejos de proponerse como un mero trasplante de la gastronomía peruana, hace acopio de algunos productos y tradiciones locales y las pasa por el tamiz de la "peruanidad culinaria" que pregona, con lo cual cada uno de sus restaurantes devendría escuela y crisol creativo. Más de una lección por aprender, ¿no creen?

Adivinar salud

No hay comentarios: